Las primeras semanas de embarazo

Las primeras semanas de embarazo ¿complicaciones?

El legrado uterino, también llamado curetaje, es un procedimiento quirúrgico en el que se utiliza un instrumento para retirar el endometrio que es la mucosa que recubre las paredes internas del útero. El legrado uterino suele ser necesario si se produce un aborto espontáneo durante las primeras semanas de embarazo y no tiene por qué afectar a la fertilidad de la mujer. Sin embargo, puede existir una complicación denominada síndrome de Asherman que consiste en la adhesión de las paredes del útero por la presencia de cicatrices. Ésto deforma o reduce el tamaño uterino, lo que puede llevar a la infertilidad.

En caso de que te hayan practicado un legrado o ante cualquier irregularidad en los ciclos menstruales puedes echar un vistazo en mi fertilidad para aclarar tus dudas, también si tienes dudas sobre las primeras semanas de embarazo.

El legrado se realiza en caso de un aborto espontáneo durante las primeras semanas de embarazo o por un sangrado uterino anormal. También se puede utilizar para para tomar una muestra de tejido para su examen diagnóstico. El legrado uterino puede ser realizado en un entorno ambulatorio y generalmente es considerado seguro cuando se realiza por un profesional capacitado. Esta intervención no tiene por qué suponer ninguna complicación. Su objetivo es limpiar el útero recogiendo el tejido que lo recubre por dentro. Durante el proceso, se emplean unos instrumentos quirúrgicos para poder dilatar el cérvix y, de esta manera, poder realizar la intervención de una forma más sencilla.

Después del legrado, si el aborto espontáneo se ha producido durante las primeras semanas de embarazo se pueden recetar medicamentos para controlar el dolor y prevenir infecciones. También se puede recomendar descanso y evitar actividades físicas extenuantes durante un período de tiempo determinado para permitir que el cuerpo se recupere completamente. En algunos casos, se pueden realizar controles regulares para asegurarse de que la recuperación sea adecuada y para detectar cualquier complicación a tiempo.

El endometrio es el tejido que se regenera en cada ciclo menstrual. Si el endometrio se extiende más allá de las paredes internas de la matriz o si no se expulsa en los ciclos menstruales con normalidad y sin dolor pueden ser síntomas de una enfermedad conocida como endometriosis.

Si padeces del Síndrome de Asherman, es necesario realizar una intervención quirúrgica para evitar el riesgo de infertilidad. La intervención consiste en extirpar las adherencias para que el útero pueda recuperar su forma. Una vez sean eliminadas, la cavidad uterina debe permanecer expandida para evitar que las paredes se vuelvan a adherir, para ello se usan el catéter de Foley y otros procedimientos y herramientas para que el útero quede expandido y mantener las paredes uterinas separadas.

El síndrome de Asherman es una afección poco frecuente en la que se forman cicatrices en el interior del útero, las mujeres que lo padecen pueden sufrir infertilidad y un sangrado menstrual anormal. Las cicatrices se pueden formar después de un legrado uterino o de un parto difícil, o en algunas ocasiones por una infección uterina. Los síntomas más frecuentes de sufrir el síndrome de Asherman son tener períodos muy ligeros o ausentes, dolor abdominal y dificultad para quedar embarazada. El tratamiento incluye cirugía para retirar las cicatrices y, en algunos casos, terapia hormonal para estimular la producción de moco en el útero. En algunos casos, puede ser necesario realizar un tratamiento adicional para mejorar la fertilidad con productos como los que puede encontrar en www.mifertilidad.es

Para el tratamiento del síndrome de Asherman, se realiza una cirugía denominada «curetaje uterino hysteroscópico» o «microcirugía hysteroscópica». Durante este procedimiento, se utiliza un hysteroscopio que es un instrumento largo y delgado con una lente de visualización en un extremo parecido a un laparoscopio, que se inserta a través del cuello uterino para permitir que el cirujano vea el interior del útero.

Además del hysteroscopio, se pueden utilizar otros instrumentos, como curetas uterinas o cuchillas, para retirar las cicatrices y limpiar la pared uterina. En algunos casos, se pueden utilizar técnicas de microcirugía para reconstruir las paredes del útero y mejorar la producción de moco.

 

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Autor: Josep Mª Reichardt | Artículos - Linkedin de Josep Mª Reichardt
Josep Mª Reichardt es economista y MBA por E.S.A.D.E., asesor financiero y consultor del sector turístico. Ha sido Director Financiero en GrupCaixa, gestionando de carteras de seis Fondos de Inversión.

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